SEMANA SANTA PARA TODOS

¿QUE TANTO SOY CAPAZ DE SEGUIR A CRISTO, QUE COMO REY,VA A SER SACRIFICADO POR MI?

Cristo entra en Jerusalén; Cristo nos habla del grano de trigo, nos habla de ser exaltados en la cruz, y nos hace una pregunta que tenemos que responder: “¿Puedes beber del cáliz que yo beberé?”.

¿Que dificil verdad? Cuando este mundo está llenándose cada vez más de envidia, de maldad, de odios y rencores.
Cómo seguir a nuestro Amado Señor si nuestro alrededor está contaminándose cada segundo. ¿Sabes qué? ¡SI SE PUEDE! ¡CON JESÚS PODEMOS TODO!

Tienes que cuidar a tus hijos y sembrar en ellos la semilla que el Señor te ha dado, si muestras odios ellos darán odios, si les muestras amor ellos darán amor, si les muestras egoísmos ellos darán egoísmo. Piensa mucho tus acciones.

El amor lleva al amor. Quien experimenta el amor de Cristo no queda igual, no puede quedar igual. Los apóstoles en la última cena son testigos del amor de Cristo y de la inmensa responsabilidad que queda en sus manos. De ahora en adelante son más conscientes, por una parte, de su propia miseria, como hombres y pecadores, pero, por otra parte, son más conscientes de los tesoros infinitos que Dios ha depositado en su alma.

El jueves santo es el día en el que todos nosotros sacerdotes hemos nacido. Como un hijo nace del seno de su madre, así hemos nacido nosotros, Oh Cristo, de tu único y eterno sacerdocio. Hemos nacido en la gracia y en la fuerza de la nueva y eterna alianza del Cuerpo y de la Sangre de tu sacrificio redentor: del “Cuerpo que es entregado por nosotros” (Lc 22,19), y de la Sangre, que “por todos nosotros se ha derramado” (Mt 26,28).





Salgamos dispuestos a amar más y mejor; a amar en lo grande y en lo pequeño; a amar en la prosperidad y en la adversidad; porque nosotros hemos sido amados e invitados a participar del amor de Dios.


Los niños de Segundo A y B compartieron el pan como los discipulos de Jesús todos están emocionados un niño me dice Miss Sandra me da miedo y le dije: No debes tener miedo el Señor está contigo. Como disfrutó de todo hasta el final.



Ahora el vino que era chicha morada estaban felices.


No saben que hermosas cosas sentí en mi corazón en ese momento, que bonito que mis niños vivan la cena del Señor. ¡Gracias Señor por permitirnos vivir ese momento!















Todo el Colegio los observaba con admiración y al final cantamos todos juntos y fuerte esa canción hermosa "Dios está aquí". Estamos muy orgullosas de ustedes niños. Se comportaron muy bien.


Papitos ¿Qué les pareción nuestra pequeña ceremonia?